Setiembre en Uruguay ha sido declarado como el Mes de la Diversidad, haciendo referencia principalmente a la diversidad sexual. Durante este mes, se organizan múltiples espectáculos, festivales, conmemoraciones y marchas a lo largo de todo el país, en una celebración que busca visibilizar y honrar la diversidad en todas sus formas. Sin embargo, más allá de la diversidad sexual, existen muchas otras dimensiones de diversidad que se entrelazan entre sí, lo que ha llevado a que, este año, parte de la proclama de la marcha de Montevideo destaque la diversidad interseccional.
En este artículo, exploramos las diversas formas de diversidad y cómo estas se conectan, a veces en armonía y otras en conflicto, a través del concepto de interseccionalidad.
Diversidad
El término diversidad se refiere a la variedad y diferencias entre personas, grupos o elementos dentro de un contexto. Estas diferencias abarcan múltiples dimensiones, tales como:
Cultural: Las costumbres, tradiciones, creencias y valores que varían entre diferentes culturas o nacionalidades.
Étnica: La coexistencia de distintos grupos raciales o étnicos, cada uno con sus particularidades.
De género: Las identidades de género, que incluyen hombres, mujeres, personas no binarias, y la diversidad en orientaciones sexuales.
Religiosa: La diversidad de religiones y creencias espirituales que coexisten dentro de una sociedad.
Física y cognitiva: Las diferencias en habilidades físicas o intelectuales, incluyendo la discapacidad.
La importancia de la diversidad en la sociedad
La diversidad es esencial para el avance de cualquier sociedad, ya que fomenta la convivencia pacífica y el respeto mutuo. Al reconocer y valorar las diferencias, las sociedades pueden avanzar hacia una mayor equidad e inclusión.
Desde una perspectiva social, la diversidad genera un enriquecimiento cultural. El intercambio entre personas de diferentes culturas, orígenes y experiencias crea un crisol de ideas que amplía el conocimiento colectivo. Además, una sociedad diversa tiende a ser más abierta a nuevas perspectivas, lo que facilita el diálogo y la resolución de conflictos de manera pacífica.
La realidad de la diversidad
Si bien se reconoce la importancia de la diversidad en la sociedad, surge la pregunta: ¿Cómo se experimenta realmente esta diversidad en la vida cotidiana? Fuera de la idealización de una sociedad diversa, existen discursos y prácticas que distan de fomentar la convivencia pacífica. Es aquí donde entra en juego el concepto de hegemonía, que describe cómo un grupo dominante impone su visión del mundo como la norma, estableciendo un control que perpetúa la exclusión y discriminación de lo diverso.
La hegemonía se ejerce a través de sistemas de opresión, que se manifiestan en la discriminación cotidiana mediante prácticas como la censura, la exclusión y el rechazo social. De esta manera, las formas dominantes buscan primar sobre otras, manteniendo su poder.
Interseccionalidad
La interseccionalidad es un enfoque que reconoce cómo las diferentes formas de opresión y discriminación (racismo, sexismo, machismo, homofobia, transfobia, xenofobia, clasismo, gordofobia, capacitismo, entre otras) no actúan de manera aislada, sino que se entrelazan y afectan a las personas de maneras complejas y combinadas.
En lugar de tratar cada forma de opresión de manera separada, la lucha por la justicia social debe abordar estas injusticias simultáneamente, para lograr una sociedad más inclusiva y equitativa. Así lo expresa la Coordinadora por la Marcha de la Diversidad en Uruguay:
“La marcha es INTERSECCIONAL, porque entendemos que las diferentes formas de opresión y discriminación se entrecruzan y afectan a las personas de maneras complejas. La lucha es una, contra toda forma de discriminación, por un Uruguay libre e igualitario”.
El término interseccionalidad, como señala Rodó Zarate, "se utiliza para mostrar cómo distintos ejes de desigualdad, como el género, la raza, la clase social, la orientación sexual, la diversidad funcional o la edad, están interrelacionados y configuran formas concretas de discriminación y desigualdad". Este enfoque ofrece una visión más amplia y profunda de la realidad, al contemplar los diversos "atravesamientos opresivos" que afectan a las personas, brindando una lectura más integral de las múltiples realidades que coexisten en una sociedad.
El sociólogo Diego Sempol añade que “es un hecho que, lejos de los estereotipos homogeneizadores, la población LGTB está atravesada por una enorme heterogeneidad a nivel sociodemográfico: diferentes niveles culturales, diversidad étnico-racial, edad, educación, ingresos, lugar de residencia, clase social”.
En este sentido, resulta clave reflexionar sobre cómo se vive realmente la diversidad en los distintos contextos. Aunque podemos entender el concepto de diversidad desde lo abstracto, la pregunta es: ¿es posible expresarla libremente? ¿Qué sucede en la vivencia cotidiana?
Nuestra acción
En talleres desarrollados dentro de la OEBB, tanto con jóvenes como con infancias, se ha tratado de abordar temáticas como roles y estereotipos de género, diversidad corporal, diversidad sexual, formas de buen trato, convivencia, etc. También en el grupo de mujeres se abordan estas temáticas, siendo las cuestiones de género las centrales, pero teniendo en cuenta la multiplicidad de atravesamientos que las vidas de ellas tienen, se hace inevitable trabajar y pensar de manera interseccional.
A través de nuestro trabajo con estos grupos, observamos que, si bien comprenden los conceptos de diversidad, muchas veces encuentran dificultades para vivirlos plenamente en su día a día. Roles de género rigidizados, discriminación hacia no lo heterocentrado, constantes referencias hacia la sexualidad de los otros desde la burla, señalamientos, miedos hacia lo desconocido, ridiculización de lo no hegemónico, etc., son algunas de las consecuencias que vemos, no dejando poder SER libremente. La brecha entre lo teórico y lo práctico revela las barreras sociales que persisten.
¿Qué se necesita para garantizar una verdadera libertad en la vivencia de la diversidad? Desde nuestra posición, es fundamental seguir visibilizando, aceptando y creando espacios reales para todas las diversidades, acompañando los procesos de encuentro con lo diverso, más allá de lo abstracto, hacia una vivencia auténtica y tangible.
Desde la OEBB entendemos que es una tarea cotidiana reafirmar los derechos obtenidos y los que aún quedan por conquistar, Todos los Derechos, Para Todas Las Personas.
Bibliografía:
Diego Semplo. Librillo 7, Guia de recursos Mides, Políticas Públicas y Diversidad Sexual. 2012
Maria Rodó Zarate. Interseccionalidad, Desigualdades, lugares y emociones. 2021
Gandarias Goikoetxea, Itziar, Montenegro Martínez, Marisela y Pujol Tarrés, Joan. «Interseccionalidad, identidad y articulación: hacia una política de la agregación». En Feminismo/s, 33. 2019
. IG @marchadiversidaduy
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